Viaje a Bruselas: luces, cerveza y chocolate belga

Viaje exprés a la capital belga, donde visité el restaurante Le Roy d’Espagne, mítica cervecería Delirium Café y el famoso bar Poechenellekelder, además de visitar el espectáculo de luces de Navidad de La Grand-Place y comprar chocolate y gominolas en Corné Port-Royal.

Uno de los mejores destinos para visitar en Navidad es Bruselas, ya que en cada calle podemos respirar el ambiente típico navideño. En este caso, os hablaré sobre mi experiencia en la capital de la Unión Europea, un viaje exprés de trabajo de dos días. Allí pude hacer interesantes incursiones en los ratos libres. Tuve la suerte de hacerlo justo cuando la capital belga estaba ambientada al más puro estilo navideño.

Nos trasladamos desde Madrid y nos alojamos en el hotel Ibis Brussels Off Grand Place. Es una opción muy digna con una buena relación calidad-precio. Como pros, destacaría la localización, ya que está a dos minutos de la Grand-Place, el lugar más famoso y fotografiado de Bruselas. Está considerado el corazón geográfico, histórico y comercial de la ciudad. Además de su hermosísima arquitectura, la Grand-Place estaba decorada con un magnífico árbol de Navidad y pudimos presenciar un espectáculo de luces precioso en la misma plaza.

En contra, hay que advertir de que el hotel estaba en obras y por la mañana los ascensores estaban colapsados. Tuve que dejarlos pasar hasta en cinco ocasiones. El segundo día, cargando con la maleta y el bolso, una cámara y un trípode, se me hizo eterno el tiempo de espera, ya que tenía que acudir puntual a un compromiso de trabajo y con el tema del ascensor se me estaba complicando. En esta época recomendaría pedir una habitación en una planta primera si es posible, para poder bajar por las escaleras cómodamente en el caso de necesitarlo.

Le Roy d’Espagne en la Grand-Place

La primera noche fuimos a cenar a Le Roy d’Espagne, un restaurante muy turístico, ubicado en plena Grand-Pace en un edificio barroco del siglo XVII. El local está ambientado con maniquíes colgados del techo que representan a nobles españoles de la época del Imperio Español de Carlos V. El sitio es curioso y tiene unas vistas espectaculares a la Gran-Place desde las mesas de la planta baja, que es donde cenamos nosotros. Si te gusta la cerveza, la belga tiene fama de ser muy buena, por eso en este sitio pedimos la de la marca Leffe. Como curiosidad, la cerveza Leffe nació en la ciudad de Dinant en 1240 y la creó la Orden de Canónigos Premonstratenses de la Abadía de Nuestra Señora de Leffe.

Vistas desde el interior del restaurante Le Roy d'Espagne a la Grand-Place
Vistas desde el interior del restaurante Le Roy d’Espagne a la Grand-Place

Delirium Café, el bar con más especialidades de cerveza del mundo

Después de cenar fuimos al icónico bar Delirium Café, el bar con más especialidades de cerveza del mundo y una visita casi obligada en Bruselas. El ambiente es muy variado, con gente de todas las edades, aunque más bien está repleto de gente joven. La cerveza, a elegir entre una variedad casi infinita entre fuertes, triple fermentación, suaves, de sabores como frambuesa, mango y hasta de chocolate. Una auténtica fantasía para los amantes de la cerveza.

De camino al hotel, pasamos por las típicas chocolaterías belgas que no podían estar más bonitas decoradas. Aunque estaban cerradas, a la mañana siguiente fuimos a comprar provisiones. Como podéis ver en las fotos, la presentación de las cajas de bombones es espectacular. Además, compramos unos orangettes (sticks de chocolate con naranja) que estaban de miedo y etui pate de fruit (unas gominolas naturales buenísimas) en la legendaria chocolatería belga Corné Port-Royal fundada en 1932 y situada en Les Galeries Royales Saint-Hubert.

Poechenellekelder, un bar belga con amplia carta de cervezas

Por último y no menos importante, hablaré sobre uno de los bares más peculiares de Bruselas, Poechenellekelder. Destacaría su decoración tanto interior como exterior, con paredes repletas de marionetas dentro del local y bicicletas ancladas en la fachada. Además, el sitio está muy cerca de la célebre estatua Manneken Pis, situada en el centro histórico, por lo que se puede aprovechar la visita para tomar una típica foto. En cuanto a la comida, nosotros pedimos una lasaña acompañada de una tabla de quesos y embutidos, pero su especialidad es la cerveza, ya que tienen una carta propia muy variada.

Este es el resumen de mi viaje de dos días, y me apunto otras visitas culturales en la lista de deseos que no pude cumplir por cuestión de horarios, como el Museo Magritte y el Palacio Real de Bruselas, entre otros. ¡Hasta pronto, Bruselas, feliz Navidad!